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REFUGIADOS EN LIBERIA

“Ducharse a la luz de velas”
Misioneros del Verbo Divino en el campo de refugiados en Liberia

Cuando Mawe se levanta a las seis de la mañana, en Liberia es todavía noche cerrada. Con sumo cuidado aparta a un lado la fina manta para no despertar a sus jóvenes hermanas que duermen junto a ella.

Mawe enciende una vela y sale da la casa. Antes de acostarse preparó un cubo con agua. “Por la mañana en el pozo se acumula la gente, por eso es más sencillo bombear agua por la noche”, afirma la joven de 14 años. Con la vela y el cubo se dirige a las duchas comunes, un conjunto de pequeños espacios de un metro construido por el servicio a los refugiados de la ONU con simples chapas de zinc.

Mawe vive en el campo de desalojados de Salala, una pequeña ciudad de Liberia. Con 200 familias comparte servicios, duchas, y pozo. El campo parece un inmenso mar de toldos de plástico blanco. Sencillos cuartuchos de 4 por 4 con un toldo de plástico por techo, se extienden apiñados como solución y protección. Mawe no conoce la electricidad ni nada de lo relacionado con ella como televisión, ordenador, frigorífico. En todo el país no existe un suministro normal de corriente y agua. Solamente algunos comerciantes y organizaciones internacionales poseen generadores de electricidad. Incluso la escuela nocturna para adultos en el campo de desalojados de Salala funciona a la luz de faroles a gas o linternas.

Cerca de medio millón de personas viven, como la familia de Mawe, en el campo, en torno a la capital Monrovia y la pequeña ciudad Salala. A esto hay que añadir, según el servicio a los refugiados de la ONU, unas 200.000 personas que han huido a los países vecinos Guinea, Costa de Marfil y Ghana. Casi un tercio de la población de Liberia es prófuga. La guerra civil en 15 años desplazó a cientos de miles de sus pueblos. Decenas de miles han perdido la vida debido a los disturbios y las consecuencias de la guerra.

Muchos, como la familia de Mawe, escaparon con vida pero perdieron todos sus bienes y haberes. Mawe proviene de Foya, una pequeña ciudad en el norte del país, no lejos de la frontera con Sierra Leona. “Cuando las tropas de Charles Taylor invadieron nuestra provincia desde Guinea, dejaron a su paso sólo muerte, ruinas y desalojados”, comenta su padre Alex.”Ninguna región ha sufrido tanto como nuestra Provincia Lofa”.

Alex primero se refugió entre parientes que aceptaron a su familia. Pero los combatientes se acercaron siempre más. Por tanto, no les quedó otra alternativa que protegerse en un campo de refugiados. Desde febrero su familia de ocho miembros vive en Salala, donde encontraron un domicilio provisional.

“Gracias al servicio a los refugiados de los jesuitas (JRS) mis hijos pueden frecuentar la escuela” aclara satisfecho Alex. “La semana pasada se inauguró incluso una biblioteca, que no existe en ningún otro campo y de lo que nos sentimos muy orgullosos”.

Colaboración internacional e intercongregacional

Tres misioneros del Verbo Divino trabajan en los campos de refugiados de Liberia junto con dos jesuitas, un sacerdote diocesano y la Hna. Mary de las Franciscanas Misioneras. El Hno. Marek Wojtas, de la Provincia SVD IBP, fue el primero en reaccionar a la solicitud de ayuda del Generalato de los Misioneros del Verbo Divino, pidiendo voluntarios para colaborar en los campos de refugiados. Marek, de origen polaco, imparte cursos para albañiles, carpinteros y elaboración del metal. “De esta forma la gente estará en condiciones, cuando regresen a sus pueblos, de colaborar en la reconstrucción” comenta. El servicio a los refugiados ofrece para la mujeres cursos de panadería, corte y confección y batik. “También, afirma Marek, animamos a las mujeres a romper la primacía de los hombres en carpintería y albañilería”. Cuatro mujeres, entre 54 hombres, asisten al curso de albañilería. Igualmente algunos hombres participan en el curso de corte y confección donde predominan las mujeres.

El Hermano Jay Too, de Indonesia, es responsable de los cursos de alfabetización. Según datos oficiales la mitad de los adultos liberianos sabe leer y escribir. Además organiza cursos de formación permanente para los 250 maestros que enseñan en las escuelas del campo de refugiados. Jay tenía experiencia de trabajo con refugiados en Tailandia que ahora le es muy útil.

El tercer misionero del Verbo Divino del grupo es el P. Jacek Gniadek. Es el encargado de proveer de lo necesario a los proyectos de formación en 9 campos. Sin embargo, su cometido principal es la atención pastoral de las pequeñas comunidades católicas de los campos. La experiencia misionera adquirida en Botswana y Congo le es aquí sumamente útil. Ciertamente, los católicos en Liberia son una minoría –se estima entre el 7 y 10 % del total de la población- pero además de la atención a los cristianos, le interesa mucho tener oídos abiertos para los otros. Con todo, sin la ayuda de los catequistas y maestros, al misionero le sería imposible abarcar a todo.

Alex es uno de ellos. Como catequista es el coordinador de las actividades escolares en un campo. “Espero que los misioneros nos acompañen a nuestros pueblos cuando dentro de un mes se inicie el regreso”, observa este cuarentón. Tal vez así su hija, Mawe, podrá terminar su formación académica.

Después de la ducha, Mawe despierta a Nancy, su hermana más joven, y pone a calentar el puré de maíz. Luego emprende el camino hacia la escuela.

En Salala comienza un nuevo día. El crepúsculo matutino rompe las tinieblas de la noche. Los misioneros no han llevado a Liberia la luz eléctrica, pero una chispa de esperanza ilumina en la oscuridad más que una lámpara de 100 vatios.

Michael Heinz, SVD


Resumen histórico de Liberia

Liberia debe su existencia a la compañía colonial norteamericana que a principios del siglo XIX trasladó a África los esclavos liberados. En 1891 fundaron Monrovia (en honor del presidente James Monroe) sobre una parte de Sierra Leona comprada a Inglaterra. Los asentamientos estaban al principio bajo administración americana. El poder político estaba, por lo general, en manos de los liberianos emigrados de USA. El 26 de julio de 1847 el primer Congreso liberiano declaró la independencia del país. Bienes de exportación de Liberia son, además de mineral de hierro (51%), caucho (26%) y madera (20%) también diamantes. Oficialmente el país posee la mayor flota mercante del mundo. Pero los barcos que navegan bajo bandera liberiana son, casi exclusivamente, extranjeros. El registro bajo bandera liberiana tiene, para los propietarios, ante todo ventajas en cuanto a impuestos políticos. Extensas plantaciones de caucho, pertenecientes a la sociedad americana Firestone, eran en los años 80 la mayor fuente de trabajo después del Estado.
La corrupción y la mala gestión provocaron en 1980 un cruento golpe militar. Samuel Doe creó un régimen militar represivo y puso en los principales cargos a gente de su propia etnia (Krahn) y a musulmanes del grupo Mandigo. Las otras etnias fueron brutalmente perseguidas, sobre todo, Gio y Mano.

El Frente Nacional Patriótico de Liberia (NPFL) encontró en estas etnias el mayor apoyo. En 1989 el NPFL atacó las tropas del gobierno Doe y en poco tiempo gran parte del país quedó bajo su control. Samuel Doe fue asesinado un año más tarde. Sus seguidores lucharon contra el NPFL de Taylor ocasionando una dura y cruenta guerra civil que duró ocho años causando más de 200.000 muertos. En 1997 la ONU consiguió que las partes llegasen a la paz. Las elecciones posteriores llevaron al poder a Samuel Taylor con el 75% de los votos. Poco después de su elección excluyó casi totalmente del poder a las etnias Krahn y Mandigo. Esto provocó nuevos enfrentamientos entre el ejército de Taylor y el movimiento de rebeldes formado en su mayor parte por las etnias Krahn y Mandigo denominado “Unión Liberiana para la Reconciliación y la Democracia” (LURD). En junio de 2003, una vez más, la ONU tuvo que intervenir en Liberia.

El 11 de agosto 2003 el presidente Charles autoexilió en Nigeria. En los coloquios de paz en Ghana los partidos en guerra y los representantes de la sociedad liberiana civil se pusieron finalmente de acuerdo en aceptar como presidente al jefe de un pequeño partido de la oposición Gyude Bryant. Tomó posesión del cargo en octubre 2003 y debe gobernar Liberia hasta las próximas elecciones en 2005. En el gobierno de transición hay representantes de LURD, MODEL, del anterior gobierno de Taylor y miembros de la sociedad civil.

En septiembre 2003 la Naciones Unidas enviaron a Liberia un destacamento de paz de 15.000 cascos azules para el desarme de los partidos en guerra y la consolidación de la paz.

Michael Heinz, SVD
Traducción: Jesús Anduela, SVD

Ver en el anexo fotos sobre Liberia y los Campos de refugiados